sábado, 9 de agosto de 2008

“Cualquier padre puede retener a sus hijos en casa, pero nosotros no podemos hacerlo con menores extranjeros”

Donostia. Los ataques ocurridos en Villabona (cuatro menores presuntamente agredieron sexualmente a una chica y pegaron a su novio hace dos semanas) y Donostia (otros tres jóvenes tutelados atacaron a una mujer en Portaletas el domingo) han vuelto a crear una situación de alarma social que la Diputación no ve de ningún modo justificada, “porque se trata de una minoría” que salpica al resto de menores inmigrantes.

Dos agresiones en dos semanas por parte de menores extranjeros acogidos por la Diputación. ¿Qué ocurre?

A mí mismo me causa estupor y sorpresa, porque si bien hasta ahora habíamos asistido a múltiples incidencias relacionadas con menores, como robos e incendios, estos episodios van más allá, y no sabemos ni cómo interpretarlos.

¿Un nuevo paso adelante?

Espero que no sea así y se trate de hechos puntuales, porque de lo contrario, si comenzamos a asistir a este tipo de delitos con una instancia judicial que no responde como debe, difícilmente conseguiremos el objetivo de la inserción. No entiendo, por ejemplo, cómo esos chavales que cometieron las agresiones en Donostia ni siquiera han ido a comparecer ante el juez y los seguimos acogiendo. Por mucho que se pida compresión, resulta un poco kafkiano.

¿Carga tintas contra la Fiscalía?

No es que cargue tintas, pero la Diputación parece que es la responsable absoluta de todo lo que acontece, cuando en realidad estamos sometidos a un marco normativo que, en caso de no acatarlo, nos convierte en objeto de una instrucción penal.

¿No hay menores que se están escapando al control de la Diputación?

No lo creo, pero el problema es que no podemos establecer ningún control más allá del que establece la propia ley. Es el mismo que pueden seguir unos padres con sus hijos, y no se puede ir más allá.

¿Pero es normal que estos chavales anden de correrías de madrugada, ajenos a cualquier seguimiento?

Desde luego que no, pero he de reconocer que hay menores que tienden a no presentarse en el centro de acogida, a pesar de ser conocedores de los horarios y de los castigos por incumplimiento. Insisto, las medidas que podemos aplicar no son distintas a las que puede imponer un padre o una madre, a diferencia de que ellos pueden retener a sus hijos en casa y nosotros no.

Cuatro de los presuntos agresores de la pareja de Villabona residían en el centro de menores de Tolosa. Una vez más, el inmueble sale a la palestra. ¿En qué situación se encuentra el centro a día de hoy?

El edificio ha experimentado reformas importantes, pero en el acogimiento de urgencia jamás sabemos la tipología de menor que va a venir…

¿Quiere decir que en los últimos tiempos ha variado ese perfil?

No especialmente, nos mantenemos en una franja de conflictividad del 10%, pero siempre estamos ante la pescadilla que se muerde la cola. Es decir, con todo menor que genera problemas se interpone la denuncia correspondiente pero nunca se sabe cuándo se resolverá. Esa demora siempre provoca problemas.

¿Ha habido una negligencia por parte de la empresa gestora del centro de Tolosa?

No, ni a la empresa ni a los educadores les puedo acusar de negligencia ni de ninguna otra actuación en ese sentido. Otra cosa es que esos chavales hayan generado el problema y, aunque sean un porcentaje residual, nos obliga a todos a pagar las consecuencias. No podemos hacer otra cosa que acatar lo que dice la ley.

Pero usted alguna responsabilidad debe tener en todo este asunto como director de infancia. ¿Por parte de la Diputación no hay ninguna autocrítica en la gestión?

El problema es de nuevo el mismo. Quizá podríamos llegar a tomar otro tipo de medidas, pero nos vemos obligados a seguir la ley, y si llegáramos a proponer a los educadores ideas que se escapan a la normativa, nos pueden abrir una instrucción penal que nos puede llevar a la cárcel.

Viene a decir que la Diputación actuaría de otra manera…

Intentaría mejorar las lagunas que puede haber o, al menos, realizaría una valoración técnico – educativa para ver qué medidas se podrían aplicar.

¿Cuántos menores extranjeros son acogidos hoy por la Diputación?

En torno a 160, pero no hay que olvidar que el principal número de chavales atendidos sigue siendo de aquí. Durante este año se ha atendido ya a 1.032 guipuzcoanos comprendidos en la franja de 0 a 18 años.

De esos 160 menores extranjeros, ¿cuántos son realmente conflictivos?

En torno a un 10%. Pero el verdadero problema nos lo encontramos con un 3% de ellos, con quienes es prácticamente imposible abordar un programa de inserción.

Hace unos meses anunció su intención de entrevistarse con la Fiscalía de menores para trasladar la necesidad de estudiar medidas y ‘frenar tanta impunidad’. ¿Lo ha hecho ya?

Todavía sigue habiendo muchas cuestiones que tratar con la Fiscalía, y especialmente la de unificar criterios.

En alguna ocasión, asociaciones como SOS Racismo han declarado que buscar ese tipo de sanciones para los menores no refleja más que el fracaso de la Diputación.

Nos toca ser el punto de mira, en la medida que somos responsables de la acogida, pero ese tipo de acusaciones exigen también la valoración de lo que aporta cada uno.

¿Se está planteando dar un giro al actual programa de acogida?

Apostamos por posibilitar todos los recursos posibles, aunque situaciones como éstas suponen un problema añadido, que requieren de la comprensión de la ciudadanía para no sacarlas de contexto. En todo caso, traslado mi mayor solidaridad a las personas afectadas por estas agresiones sexuales, víctimas que prevalecen por encima de cualquiera de las cuestiones que hemos abordado.

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