viernes, 25 de julio de 2008

Los limpiaparabrisas de origen rumano resurgen en pleno centro de Zaragoza

La presencia de grupos de rumanos trabajando como limpiaparabrisas en céntricos puntos de la ciudad vuelve a ser una realidad. Aunque durante los últimos meses había dejado de vérseles, parece que el efecto Expo también ha alcanzado a las mafias del Este, especializadas en explotar a compatriotas obligándoles a exhibir sus deformidades o a enjabonar lunas en las calles de las principales ciudades europeas. Y de momento, esta práctica les sale barata en Zaragoza, porque la Policía reconoce que las sanciones son muy escasas y que casi nunca superan los 30 euros.

Según fuentes municipales, “casi siempre que ven a una patrulla, salen corriendo o se esconden, por lo que resulta difícil emprender acciones contra ellos”. Su condición nómada la trasladan también a su quehacer cotidiano, lo que les impide permanecer muchos días en el mismo lugar. “Normalmente -indican desde la Policía Local-, cuando los funcionarios les piden que se marchen de un cruce o semáforo, lo hacen. Solo cuando persisten en su actitud se recurre a la sanción”.

El reproche penal no puede exceder de la falta por desobediencia, lo que acarrea multas de 10 a 60 días, con una cuota diaria condicionada por la situación económica del denunciado. Y como la situación de estas personas no es precisamente boyante, las multas no suelen superar los 30 euros.

Desde 2002, los inmigrantes rumanos no necesitaban visado para entrar en España, lo que incrementó considerablemente su presencia en el país. Con la entrada de Rumania en la Unión Europea, las mafias que los controlan tienen el terreno todavía más expedito.

El puente de Santiago, el de La Almozara o el cruce de la calle de Anselmo Clavé con el paseo de María Agustín han sido lugares frecuentados habitualmente por los limpiaparabrisas rumanos, que dicen no ganar más de 20 euros al día. Ahora, para su retorno, parecen haber elegido escenarios incluso más céntricos, como la incorporación a la plaza de Aragón desde la Gran Vía.

“Es un trabajo para el que no cuentan con licencia”, asegura la Policía. “Muchas veces, en la huida pierden los cubos y los trapos, y los retiramos”, añaden. No en vano, la presencia de estas personas genera situaciones conflictivas con los conductores, cuya voluntad no siempre se respeta, y supone un auténtico peligro para la seguridad vial.

Consultar fuente

No hay comentarios:

Archivo del blog